lunes, enero 21, 2008

Amenazas en Calvo luego de la Intoxicación.

El pasado 9 de enero inspectores del Ministerio de Trabajo (Mitrab) y del Instituto Salvadoreño de Seguro Social (ISSS) iniciaron una inspección a la planta de Calvo Conservas ubicada en el puerto de La Unión que se extendería durante otros dos días finalizando el viernes 11.

La inspección había sido solicitada por el Sindicato General de Trabajadores de la Industria Pesquera y Actividades Conexas (SGTIPAC) luego del episodio de intoxicación masiva ocurrido el 21 de diciembre de 2007 en dichas instalaciones, y que provocaron que gran parte del personal afectado debiera ser atendido en las emergencias sanitarias locales.

Antes de iniciar la inspección, los funcionarios explicaron que el sindicato patronal también había solicitado su intervención al MITRAB, pero lo había hecho en la oficina de La Unión de esa Secretaría de gobierno, mientras que la demanda del SGTIPAC había ingresado en la capital, San Salvador. El SGTIPAC sabe por experiencia propia que el personal del MITRAB en La Unión suele ser muy sensible a las presiones patronales. Finalmente se acordó que la inspección la haría el personal local con supervisión directa e in situ de los inspectores capitalinos.

No hay mejor defensa…

Desde el inicio mismo de la visita oficial, y delante de los funcionarios públicos, el gerente de Seguridad Industrial de Calvo Conservas, Fredy Benavides, comenzó a agredir e insultar a Julio Funes, trabajador de la planta y dirigente del SGTIPAC cuyo testimonio es la base de un vídeo ampliamente difundido en Internet (ver video) en el cual se denuncian la intoxicación masiva de diciembre pasado y la inoperancia e irreponsabilidad de la empresa Calvo. A Benavides se le sumó Eduardo Meléndez, gerente de Recursos Humanos, quien también comenzó a increpar e insultar a Funes.

Este comportamiento responde a una metodología habitual utilizada por estos y otros funcionarios de confianza de Calvo Conservas, pero además se compadece con el evidente nerviosismo que ha cundido entre varios jerarcas cuya responsabilidad en el referido incidente estaría claramente demostrada.

Benavides, por ejemplo, como encargado de la Seguridad Industrial de la empresa, es responsable de no haber capacitado adecuadamente al personal sobre cómo actuar en caso de emergencia, y de haber perdido el control de la circulación de las sustancias químicas peligrosas dentro de la planta. Eso permitió que el jefe del sector limpieza, conocido como Israel, las dispusiera incorrectamente y llegara a las manos de un trabajador de limpieza un botellón sin etiqueta que éste tomó por hipoclorito, pero que en realidad contenía otra cosa aún no determinada cuya combinación con el agua provocó la reacción química contaminante.

El director y el jefe de Planta, respectivamente Antonio Huezo y Edwin López, son acusados por los trabajadores de haberse retirado antes del fin de las labores diarias en una clara violación a sus deberes funcionales, y los que es peor, de haberse presentado en estado etílico en medio de la emergencia, ya que se encontraban participando en una celebración privada en un club contiguo al local de Calvo Conservas. Su falta de lucidez para afrontar la circunstancia entorpeció la adecuada reacción para atender a las víctimas.

Cortar por lo más delgado

Por supuesto, el instinto represivo de las gerencias de Calvo Conservas -y su necesidad de hallar un chivo expiatorio que las exculpe-, determinó que fuese despedido en el acto Alexander Flores, cuya única responsabilidad fue realizar su trabajo como lo había venido haciendo hasta esa noche. El bidón a medio vaciar y sin etiquetar conteniendo la sustancia química que provocó la intoxicación masiva, nunca debió estar dentro de la planta ni cerca de los instrumentos de limpieza habitualmente utilizados. Alexander Flores no debe ser despedido, sino compensado por haber sido expuesto -junto a todos los trabajadores y trabajadoras- a un grave peligro sanitario provocado por la desidia, la indolencia y la irresponsabilidad de varios mandos medios de Calvo Conservas.

Lejos de cumplir con su deber, la empresa elige minimizar los hechos, confundir la investigación y recurrir a la intimidación: Alexander Flores quiso dar su versión de los hechos y cobrar sus adeudos, pero el gerente de Recursos Humanos Meléndez lo amenazó con “mandarlo a la cárcel” si se acercaba a la planta, seguramente con la intención de silenciarlo. Flores, sin embargo, declaró ante la Inspección del Trabajo a pesar de las intimidaciones empresariales.

Otras amenazas aún más graves fueron lanzadas públicamente por Fredy Benavides contra el dirigente del SGTIPAC Julio Funes, a quien, luego de insultarlo soezmente delante de sus compañeros de labor y de los inspectores de Trabajo, le anunció gritándole en su cara que “allá afuera te voy a dar todos los ‘diplomas’”. Funes le exigió que aclarara el sentido de sus palabras, y si esos “diplomas” serían acaso balazos.

Ante esta gravísima amenaza efectuada en presencia de las autoridades laborales salvadoreñas, el SGTIPAC hace responsable a Fredy Benavides y a Calvo Conservas sobre cualquier agresión o atentado a la seguridad personal que pudiera sufrir Julio Funes.

En esos mismos días una ONG de Guatemala realizó una “auditoria social” a Calvo Conservas por encargo de la Compañía Española de Financiación al Desarrollo (COFIDES), cuyos aportes financieros al Grupo Calvo, como a todas las empresas que ella asiste, están condicionados al respeto a los derechos humanos y al cumplimiento de prácticas de “responsabilidad social”. La auditoria fue implementada a partir de que se conociera el episodio de intoxicación masiva de diciembre pasado.


Carlos Amorín Rel-UITA
21 de enero de 2008
Artículo original

sábado, enero 05, 2008

SGTIPAC solicita inspección por accidente químico en CALVO.



A continuación, reproducimos parte del relato de los hechos construido por las trabajadoras y trabajadores del sindicato SGTIPAC de CALVO; contenidos en una solicitud de inspección presentada al Ministerio de Trabajo de El Salvador con fecha 4 de enero de 2007:


Faltando un cuarto para las doce de la noche del 21 de diciembre de 2007 cuando ya estaba por terminarse la última jornada del año en la planta y mientras algunas líneas de producción aún se encontraban limpiando pescado; una cuadrilla de limpieza empezó a esparcir el químico sobre una de las mesas de producción. Inmediatamente la mezcla hizo reacción con el aire o con el agua, y se creo una nuble blanca y tóxica.

Los representantes sindicales al percatarnos de la nube tóxica llamamos a nuestras compañeras a evacuar la planta. Algunas supervisoras querían que algunas trabajadoras terminaran de limpiar las últimas bandejas de pescado antes de salir. Una vez el personal salía de la planta se desmayaban, tenían vómitos y nauseas, fuertes dolores de cabeza, mareos, y se les cerraba la garganta creando una sensación de asfixia. Aunado con una sensación de indefensión; afuera el caos reino por varios minutos. Luego que varios vehículos particulares y de la policía, llevaron a algunas de las desmayadas a los centros asistenciales, el Director de Planta – Ing. Antonio Huezo – ordenó a los buses de transporte de personal llevárselas a sus comunidades de residencia.

Los representantes sindicales del SGTIPAC, al percatarnos que en el camino podrían sufrir colapsos respiratorios o desmayos, pedimos a los chóferes dirigirse al hospital del Seguro Social de La Unión. Uno de los chóferes que siguió las órdenes del director de Planta, Ing. Antonio Huezo de llevar a las trabajadoras a sus casas, tuvo que devolverse a medio camino hacia el hospital dado que las mujeres seguían desmayándose y colapsando. La evacuación fue realizada en forma espontánea por las trabajadoras y por los representantes sindicales del SGTIPAC debido a que los encargados, Ing. Antonio Huezo, Director de Planta; y Edwin López, jefe de planta; se encontraban fuera de las instalaciones al momento de la intoxicación departiendo en una fiesta en el rancho del club de la empresa.

Quedó en evidencia que no existe un plan de evacuación, que no han habido simulacros, que no hay un protocolo único para proceder en estos casos y que tampoco existe una sirena o señal de alarma para casos de emergencia. Ya en el hospital nacional y en el Seguro Social, durante la madrugada del 22 de diciembre; la situación se volvió desbordada. Cerca de la una de la madrugada se mandaron a traer más médicos y enfermeras para atender al personal intoxicado de CALVO.

El trabajador que supuestamente esparció el químico, fue despedido de palabra y en medio de insultos de su superior durante el caos del incidente. Él mismo trabajador se defiende, argumentando que fue su jefe inmediato de nombre ISRAEL; quién les prepara y les entrega la mezcla del químicos para la limpieza. Añadió que no han recibido instrucción apropiada, sobre la mezcla y el uso de los productos de limpieza que contienen químicos. Esto a nuestro criterio, es una responsabilidad directa de la Sociedad Calvoconservas El Salvador S.A. de C.V. especialmente de su representante legal, Miguel Ángel Peñalva Arigítia, quien como patrono tiene la obligación legal de adoptar y poner en práctica las medidas de seguridad necesarias.

Por su parte, otros miembros del equipo de limpieza han manifestado que la intoxicación se debió a que el jefe encargado de limpieza en el turno de la noche cuyo nombre es ISRAEL, sustituyo una substancia abrillantadora de metales conocida por CLAC, por el producto conocido como SUPER DILAC. Asimismo mencionan que las normas de seguridad establecen que dicho producto NO debe encontrarse dentro de la planta. El SUPER DILAC es un detergente ácido desincrustrante producido por la compañía JohnsonDiversey. Según la ficha técnica de este producto disponible en Internet, su base es el acido nítrico/fosfórico y es altamente efectivo para eliminar incrustaciones de origen INORGANICOS, tales como la piedra de cerveza (oxalato cálcico). Esto refuerza nuestra percepción dado que la responsabilidad de un representante patronal en el hecho, compromete directamente a la Sociedad Calvoconservas El Salvador S.A. de C.V. como tal.

Dentro del personal afectado que sufrió más los efectos de la intoxicación se encuentran más de 30 personas, 7 de las cuales fueron ingresadas en el Seguro Social de La Unión. La Jefe de limpieza de fábrica, Amarilis Bermúdez a pesar de encontrarse fuera de la planta al momento del accidente, fue quién había dejado previamente instrucciones a los equipos de limpieza sobre los químicos y los horarios en que desarrollarían la limpieza. Por su parte, las supervisoras, Dora Lilian Cruz y Lorena Guadalupe Salgado, a pesar que fueron informadas de que había un accidente por intoxicación, no dieron la orden de evacuar el personal. De hecho Dora Lilian Cruz abandonó la nave de la cual es responsable ella, sin ordenar la evacuación.

* * * *

TAMBIÉN
Video en YouTube con testimonios sobre la intoxicación.
Sección de UITA sobre intoxicación en empresa CALVO