MUERE TRABAJADOR SUBCONTRATADO EN TORRE DE "DEL SUR" POCO DESPUÉS DEL ANUNCIO DE VENTA DE ACCIONES DE PPL A ASHMORE.
Lo que ha sido un secreto a voces durante varios años, (el fallecimiento y la ocurrencia de accidentes industriales en las líneas de alta tensión de electricidad), se presentó este domingo como una triste casualidad en medio de anuncios corporativos de que el 86.4% de las acciones de la compañía DEL SUR propiedad actual de la compañía PPL ( Pennsylvania Power and Light ) serán vendidas a la empresa Ashmore Energy International, una multinacional energética estadounidense basada en Houston, Tx.
Con anterioridad, el sindicato de la industria eléctrica SIES, uno de dos sindicatos industriales del sector, basado en la distribución de energía eléctrica; había denunciado la ocurrencia frecuente de accidentes industriales especialmente, de trabajadores subcontratados. Las empresas distribuidoras de energía, DEL SUR y AES han implementado desde el proceso de privatización ocurrido a finales de los años 90´s una intensa política de subcontratación de muchos de los servicios, incluyendo el mantenimiento de líneas de alta tensión, uno de los trabajos más peligrosos del mundo según la OIT. La política de subcontrataciones, es defendida frecuentemente por las compañías como “necesaria” para optimizar los recursos humanos e incrementar las ganancias de cada período. Según los sindicalistas, la falta de equipo de protección, entrenamiento apropiado, recargas de trabajo, y falta de cobertura del Contrato Colectivo en los subcontratados, son las principales causas de la ocurrencia de estos accidentes. Los contratos colectivos de SIES, han puesto especial énfasis en promover la seguridad en el trabajo para los trabajadores que laboran en este sector.
Más grave aún, según los sindicalistas de la seccional Del Sur, estos accidentes se han incrementado recientemente hasta alcanzar un promedio de dos fallecimientos y cuatro heridos al mes en los últimos años en el sector eléctrico de El Salvador. Asimismo, SIES ha denunciado sistemáticamente que la empresa PPL montó desde su llegada a El Salvador en el año 2000, una campaña antisindical para intentar restar la fuerza del sindicato y eventualmente eliminarlo. Esto llevó en varias ocasiones a PPL a enfrentar fuertes conflictos con SIES especialmente por violación a los contratos colectivos, que en algunos casos estuvieron cerca de la huelga y trascendieron el ámbito de la empresa. Los sindicalistas llevaron en varias ocasiones los conflictos a instancias de los EE.UU., al interponer sus quejas a congresistas de Penssylvania, con ayuda de sindicatos estadounidenses. En el marco de las negociaciones del CAFTA, SIES planteó sus preocupaciones sobre el comportamiento de las multinacionales estadounidenses a partir de sus experiencias con PPL.
La conmoción de la noticia del fallecimiento del trabajador Juan Alberto Vaquerano Muñoz, quien realizaba labores para una empresa privada subcontratado por la empresa OM Diversos en líneas propiedad de Del Sur, llega justo dos días después del anuncio que la empresa Ashmore Energy International va a comprar las acciones propiedad de PPL en la empresa salvadoreña. La transacción que según fuentes de ambas transnacionales oscila en $ 180 millones de dólares, estaría empujando un aumento de las ganancias de PPL de 80 a 93 millones de dólares durante el segundo trimestre de 2007, según fuentes de la misma empresa que vende electricidad a 291 mil hogares y negocios en El Salvador. Por su parte la empresa de “outsourcing” (como se promocionan a si mismas las empresas subcontratistas) OM Diversos brinda servicios de limpieza y mantenimiento a diferentes empresas privadas e incluso a oficinas y dependencias gubernamentales.
Ahora el comportamiento en materia laboral del nuevo dueño de Del Sur, es aún una interrogante. Ashmore, hereda de PPL, una compañía con jugosas y millonarias ganancias pero en la que se han deteriorado las relaciones laborales con su contraparte laboral el SIES. Asimismo, el nuevo dueño recibe un problema humano de dimensiones delicadas con al menos dos casos de accidentes similares, producto de la política de subcontratación y de irrespeto a la negociación colectiva. Según fuentes del sindicato, los subcontratistas tienen la costumbre de esconder a los trabajadores cuando estos se accidentan y les llevan a clínicas particulares para evadir las responsabilidades de dichos accidentes.
Las ganancias de estas transacciones pierden su glamour al estar acompañadas de noticias entristecedoras como el fallecimiento de trabajadores subcontratados. Pero más que nada, llaman poderosamente a la responsabilidad corporativa, para detener de inmediato, lo que los sindicalistas consideran equivalente a una “masacre” de trabajadores eléctricos subcontratados.
Centro de Estudios y Apoyo Laboral
CEAL
San Salvador, El Salvador, C.A.
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